lunes, 31 de octubre de 2016

Compartiendo unos platillos en La Plassohla

En los bajos del Hotel Ohla de Barcelona nos encontramos un espacio gastronómico que combina la elegancia con la informalidad. Los amplios ventanales que dan a la calle Comtal y a la Via Laietana, los cómodos asientos y las mesas pequeñas que circundan la barra le confieren ese toque de relax que necesita en turista de la Ciudad Condal. Ese espacio es La Plassohla, adelante.

[Ventanal principal de La Plassohla, en Via Laietana 49]

La propuesta gastronómica está pensada para picar y compartir platos, conservas, raciones y medias raciones. Nosotros decidimos comenzaar nuestra parada a mediodía, tras la visita a la Sagrada Familia y el pateo correspondiente por la ciudad, con unas navajas. Todas las conservas vienen con un acompañamiento, en este caso fue de tostadas de olivada y cítricos.

[Navajas]
[Tostadas de olivada y cítricos]

Y tres platos calientes: unas bolas de Idiazábal fritas y jugo de pollo asado, cremosas y sabrosas, unas patatas bravas (y picantes, que últimamente se está extendiendo una moda --una manía, más bien-- de servir patatas bravas que no pican) y un arroz de setas y espárragos a la brasa.

[Idiazábal con jugo de pollo asado]
[Patatas bravas]
[Arroz con setas y espárragos verdes]

Nos parece un lugar bastante interesante, como hemos apuntado, para hacer parada y fonda durante la visita a Barcelona y disfrutar de una comida o una cena a basar de compartir raciones entre varias personas y huir de esos menús del día a precios desorbitados que se ofrecen en cualquier esquina y aprovechar una región con excelente materia prima,

lunes, 24 de octubre de 2016

Ametsa: viviendo el sueño de los Arzak en Londres

Ametsa significa sueño en euskera. Ametsa es el nombre del restaurante que, hace cuatro años, se hizo con el espacio que hasta entonces había ocupado nada menos que el restaurante tailandés Nahm, cuya sede principal en Bangkok pasa por ser uno de los mejores restaurantes de Asia. Los responsables del Hotel Como The Halkin querían un cambio y tenían claro que querían a uno de los grandes chefs españoles para su nuevo proyecto. Y llegó el acuerdo con Juan Mari y Elena Arzak con sus colaboradores: Xabier Gutiérrez, Mikel Sorazu e Igor Zalacaín. Ahí es nada. Y el sueño se hizo realidad: Ametsa with Arzak instruction.

[Sala de Ametsa]
[Decoración sencilla y elegante]

Esta fue mi primera e inolvidable toma de contacto con la cocina de Arzak que, meses después, se amplió y enriqueció en la casa madre de San Sebastián. Y todo comenzó con una conversación que me recordó al diálogo del Sr. Smith y la Sra. Smith de La cantante calva de Ionesco, en el que dos desconocidos comienzan a hablar y acaban descubriendo que son matrimonio. La cuestión fue que comenzamos a hablar con José Godoy, manager de Ametsa, el primer restaurante español en Londres con estrella Michelin, en inglés. Pasado un rato, al ver su nombre en la chapita de su camisa, le propuse que habláramos en español... esa conversación acabó en que su hermano vive dos calles más allá de mi casa. Esta anécdota sería insignificante si no fuera porque de ahí pasamos a que Godoy nos propusiera que, en lugar de tener que elegir entre el Set lunch menu y el Tasting lunch menu, es decir, entre el menú del día y el menú degustación, pudiéramos disfrutar de ambos, teniendo la deferencia de servirnos los platos de ambos. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos al engrandecer la experiencia.

Aperitivos y tapas
Antes de nada nos sirvieron unas pieles de merluza fritas como anticipo de los aperitivos del menú degustación: plátano macho con chorizo y kataifi con pastel de cabracho.

[Piel de merluza]
[Plátano macho con chorizo]
[Kataifi con pastel de cabracho]

A estos aperitivos siguieron las tapas del set lunch: jamón ibérico Joselito, sopa de calabaza con mandarina y verdel, ensalada de atún e higos y chipirones en su tinta, una auténtica exhibición de lujo de la "siempre nueva cocina vasca" made in Arzak, en la que utilizan un gran número de productos locales. 

[Jamón Joselito]
[Sopa de calabaza con mandarina y verdel]
[Ensalada de atún e higos]
[Chipirones en su tinta]

Entrantes
Como entrantes disfrutamos de un atillo de langostinos y txangurro y de unas ostras con cítricos y frutos rojos.

[Atillo de langostinos y txangurro]
[Ostras con cítricos y frutos rojos]

Principales
El festival de los principales fue algo indescriptible porque nos llegaron de ambos menús y, de ese modo, se fueron sucediendo un atún asado con mojo negro, acompañado por un risotto de azafrán; un jugoso bacalao al pil pil con trompetas de la muerte y algas, con guarnición de ensalada de pimientos; y tacos de vacuno mayor con fruta de la pasión.

[Atún asado con mojo negro]
[Risotto de azafrán]
[Bacalao al pil pil con trompetas de la muerte y algas]
[Ensalada de pimientos]
[Tacos de vacuno mayor con fruta de la pasión]

Postres
Apasionado era el postre del menú degustación, un maravilloso bizcocho con fruta de la pasión, crujiente de leche y helado. Pero el propio José Godoy nos invitó a probar el coulant de chocolate con un sorprendente helado de pimiento del piquillo.

[Apasionado]
[Coulant de chocolate]
[Helado de Piquillo]

La presencia de la cocina de Arzak en Londres le da un incalculable valor gastronómico a la city y, una vez más, el chef guipuzcoano a abierto las puertas para el desembarco de otros grandes embajadores de nuestra cocina como Eneko Atxa o David Muñoz.

domingo, 16 de octubre de 2016

Óleo, cocina con arte

Excepcional. Creo que esta es la mejor forma de empezar esta entrada sobre Óleo Restaurante, en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga. Y a eso es a lo que se dedican Sergio del Río y Rui Junior muchas horas, mucho esfuerzo y mucho trabajo --junto a su enorme talento--: a hacer arte contemporáneo... en las cocinas.

El chef y el sushiman presentan una doble propuesta: por un lado, una revisión de autor de la cocina mediterránea y, por otro, una barra de sushi de alta calidad y con toques creativos. Servicio atento y agradable tanto en la sala como en la terraza.

Comenzamos por dos clásicos: la ensaladilla rusa y las patatas bravas, que ocupan un lugar de privilegio entre las rusas y las bravas de la ciudad. Estas últimas con una deliciosa espuma, realmente sabrosa y picante, que ya van creando escuela.

[Ensaladilla rusa Óleo]
[Patatas bravas con espuma picante]

De las recomendaciones optamos, y no nos equivocamos, por un espectacular tartar de atún picante con tempura crujiente, kimchi, cebolleta y salsa.

[Tartar de atún picante]

La creatividad de los cocineros de Óleo alcanza una de sus cotas máximas con el ceviche de jurel malagueño, sobre lima, vinagreta de jengibre, ajo y soja. Una auténtica delicia que nos invita a viajar de Málaga a Perú pasando por Japón.

[Ceviche de jurel malagueño sobre lima]

En este punto uno empieza a sufrir por no poder probar todos los platos de la carta. Pedir una ración una tapa o una ensalada implica renunciar a otro que probablemente --seguro-- estará igual de bueno o incluso mejor del que hemos pedido. En este momento uno se promete volver para eternizar la experiencia Óleo.

Dicho esto, seguimos con nuestra cena: como principal disfrutamos del Pato Pekín a nuestra manera, magret de pato con salsa Hoisin sobre una cama de verduritas y algas, acompañado por unos pepinos encurtidos y una deliciosa salsa de leche de coco.  


[Pato Pekín a nuestra manera]

Por supuesto, no podíamos dejar de deleitarnos con las creaciones de la barra de sushi. En un primer momento pedimos cuatro piezas de uramaki de aguacate y gambas, cuatro maki tempura de salmón y otras cuatro de nigiri aburi de pez mantequilla, en un combo de 12 piezas.

[Sushi Combo 12 piezas]
Y de nuevo ese deseo de que la cena no acabe nunca, de que el desfile de alta costura gastronómica en el que se ha convertido nuestra mesa no concluya... y nos lanzamos a rematar la faena con cuatro piezas de nigiri de solomillo de buey trufado y otras cuatro nigiris de vieiras con ponzu de shiso.

[Nigiri de solomillo de buey trufado]
[Nigiri de vieira con ponzu de Shiso]

De postres pedimos la lemonpie sobre toffee, una delicia en la que el merengue, lo cítrico y lo dulce inunda de sabor la boca, y el babybel, la tarta de queso de Óleo, rellena de gelatina de frambuesa sobre una sopa de mascarpone ahumada.

[Lemonpie sobre toffee]


[Babybel]

No hay otro modo de terminar este post que del mismo modo que lo hemos comenzado: excepcional. 

domingo, 9 de octubre de 2016

Gastroescapada a Madrid: tradición, vanguardia y mucho encanto

Mis amigos están empezando a confundir mi pasión por la gastronomía con la creencia de que me he convertido en un oráculo y cada vez que quieren celebrar una ocasión especial o que deciden hacer una escapada de fin de semana acuden a mí para que les diga dónde comer. No negaré que me agrada que me tengan en tan alta consideración pero he de reconocer que empiezo a sufrir cierta presión por no fallarles.

Entre los lugares por los que más me han preguntado está Madrid. Más de uno me ha sugerido --metafórica pistola en mano-- que escribiera un post con esos lugares a los que ir a comer cuando se acerquen a la capital del Reino. Ya he contado en este blog mis experiencias en DiverXO, Viridiana, Sudestada o La Tasquita de Enfrente. 

En esta ocasión propongo un recorrido por algunos (¡son tantos!) de los lugares que más me gustan y cuyas visitas pueden servir para cubrir una gastroescapada de fin de semana a la Villa de Madrid. Comenzaremos en La Casa del Abuelo, un clásico, un referente, una institución. Absolutamente imprescindible es su cazuela de gambas al ajillo, no solo si vas a Madrid, sino si quieres tener una vida plena. Es un buen lugar para otras tapas de toda la vida, como las bravas, las croquetas o las gabardinas.

[Gambas al ajillo]
[Croquetas]
[Patatas bravas y mosto]
[Gabardinas]

Si después de tapear te quedas con ganas de algo dulce o si quieres empezar el día con un desayuno de alta calidad debes ir a Oriol Balaguer y disfrutar del reconocido como el mejor croissant de España. Es sencillamente perfecto: el sabor a mantequilla, el crujiente del horneado en contraste con lo etéreo de la masa...

[Croissant de Oriol Balaguer]

Si queremos darle un giro de tuerca a las tradicionales recetas que hemos disfrutado en la Casa del Abuelo, una gran opción es ponernos en manos de Paco Roncero y dejarnos sorprender pos sus tapas en Estado Puro. Deconstucciones, trampantojos, vanguardia, creatividad, texturas, sorpresas... Tortilla española del siglo XXI, filipino de chocolate con foei-gras y cardamomo, gazpacho de langostinos al aroma de albahaca, huevo escalfado a 63ºC con estofado de alcachofas y espárragos con salsa de Oporto, corte helado de queso parmesano con mermelada de limón... 


[Tortilla española del siglo XXI]

[Gazpacho de langostinos al aroma de albahaca]
[Corte de helado de queso parmesano con mermelada de limón]

En la decoración del local --muy cañí, muy kitch, muy....-- destacan unos discos con expresiones propias de nuestra lengua relacionadas con la comida y con la actividad social de ir de tapas, con una doble traducción que hace sacar unas sonrisas al visitante y sirve de ayuda y desconcierto, a partes iguales, al extranjero.







En toda gastroescapada hay una noche que se opta por una cena más especial. En nuestro caso hemos elegido hacerlo en el Restaurante Álbora. Con una estrella Michelin, cuenta con dos propuestas: el restaurante y la barra de tapas, más informal. Debo comenzar agradeciendo el detalle que tuvieron ya que, como iba con una amiga musulmana que no comía cerdo, le pregunté si la Trilogía de Jamón Joselito era tapa o ración. Me respondieron que ración pero tuvieron la deferencia, al explicarle el porqué de mi consulta, de servirme una tapa con los tres Joselito (20120, 2009, 2008).

[Trilogía de Jamón Joselito]

Seguimos con unos langostinos asados con carne de berenjena asada y salsa de sésamo, con una espectacular vieira asada, caldo, esmumoso de jamón y hojas tiernas de acelgas salteadas, una jugosa y sabrosa tortilla de bacalao y, para terminar, un sensacional pulpo a la brasa. Y como para el postre siempre queda hueco, una torrija caramelizada en leche fresca y se crema helada.

[Langostinos con carne de berenjenas y salsa de sésamo]
[Vieira asada, caldo, espumoso de jamón y hojas de acelgas]
[Tortilla de bacalao]
[Pulpo a la brasa]

[Torrija caramelizada en leche fresca]

En nuestra gastroescapada madrileña no puede faltar la visita a la Taberna La Carmencita, uno de los bares más antiguos de la capital, por cuyas mesas han pasado Rafael Alberti, Pablo Neruda, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández o Federico García Lorca, entre otros. El recetario es, muy probablemente, casi idéntico a aquel de mediados del siglo XIX y eso es algo maravilloso. El vermú, las rabas, las croquetas, las ensaladas, las albóndigas, los callos, el vino, los mejillones, el bacalao, la caña bien tirada...

[Fritura]
[Ensalada]
[Albóndigas]
[Claras nevadas]
[Tarta de queso]