domingo, 28 de febrero de 2016

La Tasquita de Enfrente, un restaurante con un solo plato en carta

Por fin tuvimos ocasión de comer en La Tasquita de Enfrente, reconocido como el mejor bistró de España y con dos soles Repsol, y nos encantó la cocina personal de Juan José López, propietario y jefe de cocina, elaborada con el producto que da el mercado cada día. Trato exquisito y un local pequeño y elegante. Mesas desnudas y obras de arte en paredes de ladrillo visto. La misma sencillez, la misma elegancia y el mismo toque artístico de la sala se descubre en sus platos.

[La Tasquita de Enfrente]

Como aperitivo, un delicioso revuelto de morcilla con calabaza acompañado de pan de aceite con sal Maldon, suave, tierno y sabroso. La combinación es excelente.

[Revuelto de morcilla con calabaza]
[Pan de aceite con sal Maldon]

La Tasquita de Enfrente se basa en el mercado, en el producto de calidad y, por tanto, no tienen carta. El único plato que permanece a diario es la famosísima ensaladilla rusa con caviar de esturión, el gran clásico de la casa. Realmente sensacional. El sumiller me recomendó un Cillar de Silos Crianza de 2011, excelente vino de la Ribera del Duero burgalesa, selección que le agradecí y que disfruté.

[Ensaladilla rusa]

Tras la ensaladilla rusa, me convencieron las zamburiñas en salsa de Málaga Virgen con perlas de trufa negra cuando el jefe de sala nos iba cantando la carta. Y no me defraudaron en absoluto.

[Zamburiñas en salsa de Málaga Virgen]

Para terminar, optamos por una perdiz en dos cocciones con puré de patatas que trajo a mi memoria el pichón que comí en Arzak. Las pechugas y los muslos requieren dos puntos de cocción diferentes para alcanzar la textura, la jugosidad o el crujiente, respectivamente. En las fotos se pueden apreciar los diferentes colores y los diferentes puntos de la carne.

[Perdiz en dos cocciones con puré de patatas]

El postre fue sencillamente espectacular. La pana cota con miel de caña y yogur liofilizado se deshacía en la boca. Suavidad y sabor. Un postre elegante y, a la vez, divertido: la pana cota en su punto perfecto de sabor y cremosidad, el dulce de la miel de caña y el cosquilleo de las perlas de yogur liofilizado hacen que estemos ante postre de diez.

[Pana cota con miel de caña]

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