martes, 29 de agosto de 2017

La Pala d'Oro, la auténtica esencia de Italia

Tras más de seis años en la Costa del Sol --en Benalmádena costa en un primer momento y, actualmente, en Benalmádena pueblo-- La Pala d'Oro ha abierto en la capital --junto al igualmente recientemente (re)inaugurado Gran Hotel Miramar, en La Malagueta--, pared con pared con Millesimee, la enoteca gastronómica de las bodegas Astoria, de la región italiana del Véneto, denominación de origen Conegliano-Valdobbiadene, cuna del famoso Prosecco. El chef Matteo Manzato (Venecia) es el responsable de los tres espacios gastronómicos que comparten, a pesar de sus evidentes diferencias, un mismo fin: dar a conocer la cocina tradicional italiana.

Restaurantes como La Pala d'Oro y chefs como Matteo asumen la responsabilidad de educar a ese comensal español que mantiene el convencimiento de que la gastronomía italiana se reduce a pasta y pizza... bueno, vale, y tiramisú de postre. Para ello, se preocupa mucho por conocer al comensal e ir trayendo las recetas para despertar sus sentidos: sus platos respiran Italia. Nada más entrar en el restaurante, ya huele a Italia.

Sus clientes italianos recuerdan su tierra; a los que hemos visitado el país de la bota nos ayuda a volver y recuperar nuestras experiencias; los que aún no han podido ir, tienen una gran ocasión de tener un primer contacto con sus productos y su cocina. Benvenuti.

[Exteriores de La Pala d'Oro]

El restaurante es muy acogedor y muy italiano: mesas cuadradas para cuatro comensales bien cerca unas de otras vestidas con manteles de lino y muebles de madera en unas paredes cuajadas con los vinos Astoria de su carta. Las lámparas de araña le dan un toque distinguido. El trato del personal de sala es exquisito, atento a los detalles y con amplio conocimiento de la cocina y de la bodega.

[Sala de La Pala d'Oro]
[Reservado]
[Vinos de la bodega Astoria]

Con la cerveza de aperitivo, aceite de oliva y mantequilla de cortesía con dos tipos de sal: de remolacha y de espinacas.

[Aceite y mantequilla para la espera]

Con producto de gran calidad y cocina casera y tradicional, la carta se compone de una amplia --muy lejos, eso sí, de esas cartas infinitas de otros restaurantes-- variedad entrantes, ensaladas, pastas frescas --con sección de gratinadas y rellenas--, carnes y pizzas, además de los postres.

Antipasti
Entre los entremeses, encontramos todos los grandes referentes italianos: selección de embutidos italianos, queso parmigiano reggiano de 36 meses de curación, bruschetas, panes all'aglio, carpaccio, provolone, burrata de Puglia y jamón de Parma. Un recorrido por la geografía gastronómica del país.

[Provolone della Valpadana D.O.P.
a la plancha con boletus italianos]
[Bruscheta con pomodoro e basilico]

Tras los entrantes optamos por la pasta como plato principal de nuestra comida. Para acompañar nuestros platos, elegimos una botella de Lambrusco Rosato Amabile Diamante, de la región de Emilia-Romanga. Fresco, afrutado, burbujeante y especiado. Gran maaridaje.

Paste
Pasta fresca casera. Con eso está todo dicho, ¿no creen? Elegimos tres tipos para probar diferentes elaboraciones: unos espectaculares pappardelle con trufa, unos espaguetis cuadrados estirados al bronce con bogavante y unos ravioli rellenos de burrata con azafrán y almendas. Todos excelentes.

[Pappardelle caserecce con tartufo]
[Ravioli di burrata con zafferano e mandorle]
[Spaghetti quadrati trafilati al bronzo con astice]

Nos queda pendiente volver para probar las pizzas que tanto en carta como en las mesas vecinas nos llamaron poderosamente la atención.

Dolci
Seis o siete postres caseros clásicos, entre los que elegimos la panna cotta --con ganache de chocolate-- y el tiramisú y una selección de sorbetes, de los que probamos el de limón y vodka, nos sirvieron para rematar la comida. Otros postres en carta que apuntamos en la lista de pendientes: la pizza de nutella, avellanas y crunch frutos rojos o la sugerente Coppa del Pecatto (mascarpone, chocolate, Baileys y amaretti), además de los helados italianos.

[Panna cotta]
[Tiramisú]
[Sorbete de limón, vodka y leche]

Sobremesa
Tras la comida, durante la sobremesa --esa palabra tan, tan española que no tiene traducción en otros idiomas-- tuvimos ocasión de departir con Matteo sobre la cocina italiana y sobre la visión tanto de españoles como de extranjeros de la misma y cómo ésta influye en su propuesta gastronómica sobre la que nos anticipa que habrá novedades en la carta próximamente. ¿Tal vez más pescado? Y de ahí al sacrificio en el trabajo y a la crisis económica y a... las cosas propias de una sobremesa a la italiana, con un ristretto y un limoncello.

[Ristretto]
[Limoncello]

La Pala d'Oro es, sin duda, un restaurante donde se respira una autenticidad italiana muy necesaria para disfrutar de la amplísima oferta gastronómica del país transalpino, que ayudará a derribar estereotipos y a superar la limitada visión que habitualmente se tiene de la cocina de Italia para el enriquecimiento culinario de Málaga. Grazie mille, chef.

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