viernes, 23 de febrero de 2018

Nos escapamos a Roma para devorar Trastevere (y 2): pasta y pizza

En Roma no se para ni un segundo de pasear, de andar, de descubrir en cada rincón algo único, de fotografiar monumentos, esculturas, fuentes, plazas... y, claro, todo eso agota y abre el apetito. Continuamos contando nuestra experiencia y tras el aperitivo es turno de una buena comida a mantel puesto.

Pasta en Da Massi
Las opciones para disfrutar de un rico plato de pasta en Trastevere son múltiples: basta con dar un paseo por las calles de ristorantes, osterias y trattorias a las horas clave y fijarse en las colas que se forman en las puertas a la espera de una mesa. En nuestro caso, jugamos con ventaja: gracias de nuevo Bea y Sara; y, por supuesto, gracias Dani por tu sabia recomendación y tu convincente afirmación: "para mí, la mejor carbonara de la ciudad es la de Da Massi". Pues ya está todo dicho, ¡a Da Massi!

[Ristorante Da Massi]

Da Massi es un restaurante con una historia fascinante. En los años 50 era un herramientas, hierros y objetos recogidos de quién sabe donde. Allí, el abuelo montó una pequeña cocina en la que llegaron amigos, clientes y visitantes que llevaban consigo vino, pan y pasta hechos en casa, probando juntos todos los platos de la tradición romana, siempre siguiendo las antiguas recetas locales.

El éxito inesperado que siguió, llevó, gradualmente, a convertir el almacén en una pequeña taberna del barrio, frecuentada principalmente por familias locales e incluso recibieron sorprendentes y agradables visitas de los personajes vinculados al mundo de los años de la Dolce Vita.

Cuando el abuelo del actual propietario falleció, fueron sus padres quienes definieron la situación actual del restaurante: ampliaron la cocina, modernizaron el equipo pero siempre manteniendo esa atmósfera "retro" en el mobiliario.

Más allá de todo esto, lo más importante para nosotros fue heredar de mi madre, durante muchos años, los secretos más escondidos de los platos históricos romanos, esos tesoros que hacen que se llenen sus mesas y nuestros estómagos. 

[Vinos de la casa: bianco e rosso]

Y si de tradición romana hablamos, no puede faltar de aperitivo las Carciofi alla Giudia, esa gigantesca alcachofa que se produce en el Lazio frita... un manjar, junto a un fritto misto: bacalao --otro icono de la cocina romana--, anchoas, queso, berenjenas o flores de calabacín.

[Carciofi alla Giudia]
[Fritto misto]

Y de principal, pasta... ¡pasta! ¡Ay, qué pasta! De entre la gran cantidad de posibilidades que nos regala el país transalpino, seguimos apostando por las recetas romanas entre las que destacamos (tagliolini) alla carbonara --a estas alturas no creo que haga falta recordar que no llevan nata pero, por si acaso, valga este recordatorio-- y su variante sin huevo, (tonnarelli) alla Gricia, más ligeros pero igualmente deliciosos. Y, por supuesto, (fettuccine) alla amatriciana --que, por cierto, significa 'amante' y que toma el nombre de Amatrice (en la misma región de Lazio, al norte de Roma)--, ¡que no lleva bacon!, sino guanciale (papada de cerdo) o, como hacen en Da Massi, con carrillera.

[Tagliolini alla Carbonara]
[Fettuccine alla amatriciana]
[Tonnarelli alla Gricia]

De los dolci, no podía venirme de Roma sin disfrutar de uno de mis postres preferidos, la panna cotta; aunque también caímos rendidos a una tarta casera de queso ricotta y pera. Y un limoncello para rematar una comida épica, como no podía ser de otro modo.

[Panna cotta]
[Tarta de ricotta y pera]
[Limoncello]

Pizza en el Forno Antico La Renella
No, no nos hemos olvidado de la pizza... son muchas las pizzerías entre las que elegir pero a nosotros nos apetecía comprar varias porciones y comerlas de pie o paseando por las callejuelas de Trastevere así que optamos por el Forno antico La Renella. La pizza en Roma es de masa muy fina y crujiente. En este horno elaboran sus propios panes, pizzas y dulces.

[Mostrador de pizzas]

Fue difícil elegir ante tanta variedad pero optamos por una combinación entre las clásicas --unas variantes de la pizza capricciosa, por supuesto, con las alcachofas romanas-- y otras que, por originales a los ojos y paladar de un extranjero, me llamaron la atención, como la pizza de patata y la marinara, con un majado de ajo, perejil y guindilla, extraordinaria.

[Nuestras porciones de pizza marinara, capricciosa y de patata]

Gelato e dolci
En el mismo forno La Renella compré un paquete con estos deliciosos dulces llamados brutti ma bunoni, cuya traducción literal es 'feos pero buenos' y que están elaborados a base de almendras, recordando ligeramente a nuestros mantecados pero más duros. Deliciosos, han encontrado en mi madre una fan acérrima.

[Brutti ma buoni]

Y aunque yo andaba bien fastidiado de la garganta y tuve que dejar pasar el placer del gelato italiano, mis amigas Isa y Macarena no se solidarizaron conmigo y disfrutaron de unos de los mejores de la ciudad, los de Hedera, conste en acta.

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