lunes, 8 de enero de 2018

Aire Gastrobar, rozando el cielo

Hay noches y noches. Noches memorables, noches que salen redondas, noches únicas. Elegir Aire Gastrobar para una cena con amigos es dar un primer paso firme hacia ese tipo de experiencias inolvidables, gracias al altísimo nivel de cocina y sala, al equilibro y corresponsabilidad en el trabajo de Pepo Frade y María Schaller al frente de sus respectivos equipos. Si a eso añadimos una agradabilísima sobremesa charlando con Pepo y María sobre los gastrorrecuerdos que han conseguido evocar sus platos, solo podemos ponerle un diez a esa noche. 

Aire Gastrobar se sitúa en una zona llena de historia, a escasos metros de la Plaza de Toros de La Malagueña, del Cementerio Inglés y del Gran Hotel Miramar, en el número 16 de la Avenida de Príes, en una de las elegantes y coquetas casas de la zona. Se divide en tres zonas: la entrada con terraza, la planta baja donde se ubica el gastrobar y la primera planta, dedicada al restaurante.

[Aire Gastrobar. Entrada]
[Aire Gastrobar. Zona del gastrobar]
[Aire Gastrobar. Restaurante de la primera planta]

Mientras nos enfrascamos en la ardua labor de elegir --con novedades en carta incluidas--, degustamos un AOVE Claramunt de la variedad Frantoio, de color verdoso, sabor afrutado y ligeramente picante.

[AOVE Claramunt]

También es momento de escoger el vino. En este caso, no arriesgamos e hicimos una elección conservadora: Pago de los Capellanes Crianza 2015, D.O. Rivera del Duero.

[Pago de los Capellanes Crianza 2015]

No había duda de que teníamos que comenzar con uno de los iconos de Aire: el falso pionono. Pepo Frade reinventa este dulce granadino y lo hace salado, creando un snack de entrada impresionante. Bizcocho, chorizo, crema de queso, miel de caña de Frigiliana y yema curada conforman el que es uno de los símbolos más reconocibles de la cocina de esta casa.

[Falso pionono]

Novedad en carta es la versión de Aire de la fritura malagueña. El crocant de boquerones con mayo-lima es un ejercicio de sutileza. Entre dos rebanadas de pan tan finas como crujientes, los boquerones que, acompañados de una mayonesa de lima, recupera esos boquerones al limón que tanto hemos comido en casa.

[Crocant de boquerones con mayo-lima]

Y si malagueños son los boquerones, más malagueño es el gazpachuelo... pero ¡qué gazpachuelo! Es un plato en el que tan protagonista son las vieiras como el propio gazpachuelo. Una explosión de colores, sabores y texturas. El seco trasañejo PX que incorpora lo acerca a la sopa de Viña AB y el resultado es, de nuevo, un guiño a nuestra infancia que siempre debemos agradecer a Pepo Frade y su equipo.

[Vieiras selladas y su gazpachuelo malagueño]

Las albóndigas con salsa de almendras son una novedad en la carta al tiempo que un clásico en las cocinas de nuestras casas. De hecho, el propio Pepo nos confesó que "como las de mi madre, ningunas" y María nos desveló que pide a Pepo "un tupper con las albóndigas de tu madre", recompensa tras cada visita. Yo también podría decir lo mismo de las de mi madre pero, como estamos aquí para hablar de las de Aire, no podemos hacer otra cosa más que quitarnos el sombrero... y pedir pan para mojar.


[Albóndigas con salsa de almendras]

Y terminamos con un excepcional pulpo frito con mole verde y bimis. Pulpo tierno, fritura fina, mole ligeramente picante, y el toque dulzón a camino entre el espárrago y el brócoli del bimi. Todo tiene sentido en este plato también imprescindible... otro más.

[Pulpo con mole verde y bimis]

¡Una biznaga que se come! Probablemente, uno de los postres más bellos que hemos visto nunca y, sin duda, el más malagueño, por su forma y sus ingredientes: chocolate blanco, mango de la Axarquía, vino de Málaga y crujiente de almendras.

[Biznaga malagueña]

Postre nuevo en carta este financier de almendras con pera en cítricos. Es de agradecer el esfuerzo de estos postres que tantas elaboraciones requieren y que hacen que el nivel de los salados no bajen un ápice al llegar a los postres. Como suele decir Jordi Roca, "lo último que comes es lo primero que recuerdas".

[Financier de almendras con pera e cítricos]

Y el tercer postre que probamos tampoco nos dejó indiferentes. Interesante contraste de sabores, texturas y temperaturas para otro gran postre: plátano estofado con crema helada de chocolate blanco y fruta de la pasión.

[Plátano estofado con crema helada
de chocolate blanco y fruta de la pasión]

Detalle de la casa para la sobremesa: una teja con coco armonizada con Pedro Ximénez de las bodegas Robles (Montilla-Moriles).

[Pedro Ximénez de Bodegas Robles]
[Teja con coco]
Aire Gastrobar es un clásico moderno, un imprescindible de la ciudad. Los sabores de siempre en nuevos formatos. Alta cocina que reinterpreta la esencia de Málaga y de Andalucía sin tonterías, sin aspavientos. Nada falta, nada sobra, todo tiene sentido.

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