viernes, 21 de julio de 2017

Gastrolectura: Soñar, luchar, cocinar

Se ha escrito tanto sobre María Marte y su historia que ya iba siendo necesario que fuera ella misma quien la escribiera en primera persona. La lectura de Soñar, luchar, cocinar es sumergirte en la intimidad de la chef de El Club Allard (Madrid), desde su infancia hasta la actualidad. Un recorrido vital plagado de confesiones, de grandes alegrías, de enormes esfuerzos y sacrificios, de frustraciones y sorpresas, de seres humanos solidarios y otros intolerantes, de retos y cómo afrontarlos, de dolor físico, de orgullo personal y profesional...

[María Marte, Soñar, luchar, cocinar, Espasa]

Dejando a un lado los tópicos tan manidos que identifican su historia con una Cenicienta moderna o con un remake gastronómico de Pretty Woman, la de María Marte es una historia de pasión por la cocina cuya lectura es un ejemplo para todos los que quieren dedicarse a cocinar.

El recorrido vital de María Marte parte de una Infancia de orégano, avanza por La agridulce adolescencia y continúa por una Maternidad con merengue --todo ello en su Jarabacoa natal-- y, ya en España, se suceden: Sal de sudor y de lágrimas, Tiempo de cocción, Sopa de estrellas y La base del menú. Cada uno de estos siete capítulos se culminan con las recetas más significativas de cada etapa, desde los más tradicionales platos caribeños hasta las últimas creaciones de El Club Allard.

[Platos de El Club Allard. Fotos de la web del restaurante]

Desde que se escondiera en las faldas de su madre en la fábrica de café cuando no tenía ni diez años para ayudarla hasta el día que conoció a su admirado Martín Berasategui, pasando por el restaurante donde trabajaba su padre, el curso de pastelería que hizo en su ciudad natal, su relación con Diego Guerrero o su celo durante el proceso creativo en la pecera del restaurante, el libro se deja leer con facilidad y ritmo.

Lo que más me ha sorprendido, he de reconocerlo, es la intimidad en la que entra la chef dominicana al hablar de sus padres, sus parejas, sus hijos, determinadas relaciones profesionales, sus anhelos y sus frustraciones, la gestión de la presión... Lo que más me ha interesado es conocer, en sus propias palabras, su concepto de cocina, su relación con las técnicas de cocina de vanguardia, el mimo por los productos, su evolución autodidacta.


Y el futuro como postre. Dar clase a nuevos cocineros y ayudar a su país a través de una ONG son sus plantes de futuro, una vez deje los fogones. Quizá, antes o después, estudiar Psicología en la universidad. Mientras ese futuro se convierte en presente, sigamos disfrutando de su cocina y de esta lectura.

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