domingo, 5 de junio de 2016

Gastroletras de Pablo Neruda

Pocos poetas han cantado tan bien al vino como Pablo Neruda. Bueno, pocos poetas han escrito versos como los del chileno. Chile, tierra de vino; Chile, tierra de poetas; Gastroletras, espacio para el vino y para Neruda.

Vino color de día, 

vino color de noche,

vino con pies de púrpura 

o sangre de topacio, 

vino,

estrellado hijo 

de la tierra, 

vino, liso 

como una espada de oro, 

suave

como un desordenado terciopelo, 

vino encaracolado 

y suspendido, 

amoroso,

marino,

nunca has cabido en una copa,

en un canto, en un hombre, 

coral, gregario eres,

y cuando menos, mutuo. 

A veces

te nutres de recuerdos

mortales,

en tu ola

vamos de tumba en tumba,

picapedrero de sepulcro helado, 

y lloramos

lágrimas transitorias, 

pero

tu hermoso

traje de primavera

es diferente, 

el corazón sube a las ramas,

el viento mueve el día, 

nada queda

dentro de tu alma inmóvil. 

El vino

mueve la primavera, 

crece como una planta la alegría,

caen muros, 

peñascos, 

se cierran los abismos, 

nace el canto.

Oh tú, jarra de vino, en el desierto 

con la sabrosa que amo, 

dijo el viejo poeta.

Que el cántaro de vino 

al beso del amor sume su beso. 
Amor mio, de pronto 

tu cadera

es la curva colmada 
de la copa, 

tu pecho es el racimo, 

la luz del alcohol tu cabellera, 

las uvas tus pezones, 

tu ombligo sello puro 

estampado en tu vientre de vasija, 

y tu amor la cascada 

de vino inextinguible, 

la claridad que cae en mis sentidos, 

el esplendor terrestre de la vida. 
Pero no sólo amor, 

beso quemante

o corazón quemado 

eres, vino de vida, 

sino 

amistad de los seres, transparencia,

coro de disciplina, 

abundancia de flores.

Amo sobre una mesa,

cuando se habla, 

la luz de una botella

de inteligente vino. 

Que lo beban, 

que recuerden en cada

gota de oro

o copa de topacio

o cuchara de púrpura

que trabajó el otoño

hasta llenar de vino las vasijas

y aprenda el hombre oscuro,

en el ceremonial de su negocio, 

a recordar la tierra y sus deberes, 

a propagar el cántico del fruto.

[Pablo Neruda, Odas elementales, 1954]
.... Pablo Neruda, "el más grande poeta del siglo XX en cualquier lengua" (en palabras de Gabriel García Márquez), recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971. Es uno de los poetas más leídos y traducidos de la historia.

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