jueves, 1 de octubre de 2015

Mi experiencia en José Carlos García

Por fin he tenido ocasión de comer (disfrutar y deleitarme) en el Restaurante José Carlos García, establecimiento de referencia en mi ciudad, reconocido con una estrella Michelin y dos soles Repsol. El chef malagueño propone una cocina local, malagueña y andaluza, desde el atrevimiento y la vanguardia, con un producto de alta calidad con la que consigue sabores sorprendentes.

El local
Ubicado en el Muelle Uno, con el que Málaga ha conseguido, por fin, disfrutar de las maravillosas vistas de la ciudad, desde el Castillo de Gibralfaro hasta la nueva noria, pasando por la arboleda del Paseo del Parque, la Catedral o el edificio de La Equitativa, el restaurante ocupa un minimalista espacio acristalado que permite disfrutar de todo lo anteriormente descrito. El mimo se descubre en todos los detalles de la sala: desde las estrellas de mar decorando la mesa hasta un menaje que evoca lo natural.

Para abrir boca
Optamos por el menú degustación, que dio comienzo con cuatro aperitivos, con los que José Carlos nos abre las puertas de su cocina, donde destacan dos de sus iconos: el polvorón de semillas de girasol, elaborados con mandioca, y las sardinas-miso andaluz, donde se descubren los toques asiáticos.

[Presentación de los menús degustación] 
[Quisquilla con salsa de soja]
[Galleta salada con algas, caviar y crema de yogur]
[Polvorón de semillas de girasol]
[Sardinas-miso andaluz]

Sabor a mar
Desde mi punto de vista, este segundo bloque es el más potente y sorprendente. Destacan, a mi juicio, el taco de atún que se come envuelto en una hoja de cierto tipo de menta, a modo de taco; el salmón con salsa kabayaki (sabrosa salsa con base de soja y mirin, que habitualmente se usa en la cocina japonesa para glasear la anguila); y, sobre todo, el tiradito de vieiras con una vinagreta de cítricos y mostaza en grano, de potente sabor.

[Taco de atún "aliñao"]
[Salmón Kabayaki]
[Tiradito con cítricos y mostaza]

También tienen lugar en este bloque el malagueño gazpachuelo, que esconde una esfera elaborada con las cabezas de las gambas que el comensal ha de romper para fundir el sabor a marisco con el de la sopa malagueña por excelencia. Acompañamos este sabor a mar con una sobrasada vegetal, hecha a base de tomates y zanahoria, con piñones, a untar en panes artesanales.

[Gazpachuelo malagueño]
[Sobrasada vegetal]

Principales
Un pescado principal y dos de carne completan el menú: un delicioso lomo de merluza al vapor, con un caldito de ave, ajos tostados y almendra tostada rallada; cochinillo confitado; y mollejas de ternera glaseadas con guarnición de arroz salvaje, gel de Pico de gallo y un toque de miel.

[Lomo de merluza al vapor, con caldo de ave, ajos tostados y almendra]
[Cochinillo confitado]
[Mollejas de ternera glaseadas, arroz salvaje y Pico de gallo]

Terminamos con algo dulce
El toque dulce del menú degustación es de alta calidad. Los dos postres son sencillamente espectaculares: el dulce de zanahoria sobre tierra de caramelo y crema de chocolate blanco; y milhojas de caramelo con crema de chocolate especiada y chocolate blanco. Y para el café, unas golosinas: nube, chocolate blanco con hierbabuena y fresa y macaron de chocolate y avellanas.

[El mercado de las especias]
[Choco crujiente]
[Golosinas]

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